Coué, famoso sicólogo francés, visitó América hace más de cuarenta años; definió la ley de reversión del esfuerzo, así: "Cuando sus deseos y su imaginación están en conflicto, gana siempre la imaginación".
El esfuerzo mental excesivo produce la derrota a si mismo; porque se inclina casi siempre hacia el sentido contrario a lo deseado.
La subconsciencia está controlada siempre por la idea dominante, esto es, por las sugestiones impotentes que vencen las condiciones dominantes en su mente. Cuando usted camina sobre un tablón apoyado únicamente en los extremos sobre dos muros y el resto del tablón al aire; podría usted caminar despreocupado sobre él mismo?
El deseo de caminar sobre el tablón, atravesando un vacío bajo vuestros pies será contraatacado por la sensación o miedo a caer; aquí, vuestro pensamiento o idea de caer dominará y vencerá cualquier otro intento imaginativo. Vuestro deseo, vuestra voluntad, vuestro esfuerzo por atravesar se invertirá y dominará la idea de caer.
He aquí otro ejemplo común. Cuando los estudiantes se presentan a exámenes y tienen ante sí el cuestionario que han de contestar, se dan cuenta que sus conocimientos se han esfumado; se aterrorizan ante la idea del fracaso, perturbados, produciéndose una amnesia temporal. La mayoría aprieta los dientes, apelando a la fuerza de la voluntad y las respuestas que buscan parecen huir. Sin embargo, una vez han dejado el salón de exámenes y relajan su presión mental, las respuestas que buscaban fluyen arremolinándose en sus mentes. El intento de forzarse en recordar fué el motivo de su fracaso.
Cuando usted dice: "Quiero curarme, pero no he podido conseguirlo; "Trato de hacerlo pero es muy duro"; "Me esfuerzo mucho al orar"; "Utilizo toda la fuerza de mi voluntad", podrá comprobar que su error está en esforzarse.
En no esforzarse está la clave. Nunca intente obligar a su mente subconsciente a aceptar su idea o plan utilizando su fuerza de voluntad. Os repito, tal esfuerzo lleva al fracaso y sólo se obtendrá lo contrario a la petición.
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