domingo, 28 de agosto de 2011

¿Cómo practicar el sueño lúcido?



Pese a que el sueño es un terreno apasionante, frecuentemente tenemos dificultades para recordar nuestros sueños. Sin embargo, el mundo de los sueños viene siendo empleado en numerosas tradiciones religiosas y en numerosas vías de desarrollo personal como un formidable acceso a nuestro inconsciente. Es ahí donde residen nuestras capacidades ocultas, ahí donde podemos encontrar todo lo que precisamos para llevar una vida de... ¡sueño! ¿Qué diría si pudiese recordar sus sueños, si su mente se volviese consciente cuando sueña y si pudiese tener los sueños que quiera a voluntad? Esa es la formidable oportunidad que le ofrece el sueño lúcido: ¡una puerta de acceso a los sueños de su elección!


¡El sueño lúcido es la facultad de tomar conciencia en el transcurso de sus sueños y modificarlos a voluntad! Esta posibilidad es empleada desde tiempo inmemorial para mejorar su vida y encontrar las soluciones a sus problemas cuando no los encuentra en el curso de su vida diaria. Entonces se pueden utilizar los formidables recursos de la noche para cambiar su existencia y modificar sus sueños a voluntad.




La sociedad occidental ha olvidado el sueño


Sociedades tan brillantes como la China imperial, el Egipto de los faraones, la Gracia antigua, la Roma antigua... utilizaban el sueño como medio de adivinación para predecir el futuro.
El sueño puede ser al mismo tiempo un vector de enseñanza espiritual, un medio eficaz de curación, una clave de acceso al más allá, un bosque de señales para cambiar su presente y orientar su futuro.
De igual modo, muchas tradiciones populares, vías espirituales y terapias han afirmado siempre que los sueños tenían un sentido que podría ayudarnos a vivir mejor nuestra existencia diaria.
El sueño se enfrenta en general, a dos obstáculos mayores que nos impiden utilizarlos más habitualmente en la vida cotidiana.
De entrada, su extremada volatilidad. En efecto, a menudo se tiene mucha dificultad para recordarlos. Si no se hace justo después de despertarse, cuanto más tiempo pasa, más interfieren los acontecimientos de la vida con nuestros recuerdos nocturnos y más dificultades hay para recordarlos. Frecuentemente, también pensamos que los recordaremos o no vemos la utilidad de recordarlos por la escasa importancia de los mismos en nuestra sociedad.




¿Qué ha soñado usted esta noche?


En el momento actual, numerosos pueblos se preocupan de sus sueños, de recordarlos y utilizarlos en su vida cotidiana. Desde los Senoi de Malasia a los Aborígenes de Australia pasando por los Amerindios de América del Norte, innumerables sociedades han integrado el sueño a sus preocupaciones cotidianas. Entre los Senoi, la primera pregunta que se hacen por la mañana es « ¿qué ha soñado usted esta noche? » Las respuestas a estas preguntas influyen sobre todas las actividades de la jornada, a nivel individual o colectivo.
En Oriente, en el hinduismo y el budismo, existe también un yoga de los sueños. También el judaísmo, el islamismo y el cristianismo han utilizado o continúan empleando el sueño. En el Cristianismo, el sueño fue declarado obra de Satán en la Edad Media. ¡Por otra parte, esta condena explica porqué numerosas personas tienen todavía una mala imagen del sueño o no lo utilizan para mejorar su vida!




Un contenido que no siempre es evidente


Aparte del hecho que el sueño se olvida fácilmente, el otro obstáculo para su utilización es que su contenido no es siempre evidente y claro para nuestra mente, una vez que nos hemos despertado.
El sueño tiene, frecuentemente, una lógica muy alejada de nuestro razonamiento habitual. El inconsciente que se expresa a través del sueño, tiene su propio modo de funcionamiento. Frecuentemente, emplea símbolos que no siempre son fáciles de interpretar. Entonces, renunciamos a buscar su explicación.
Ciertamente, existen diccionarios de los sueños pero no siempre están de acuerdo con el significado de los símbolos. Lo que no facilita su comprensión y, a menudo, desanima a mucha gente.
Prácticamente olvidado después de la Edad Media, ha sido preciso alcanzar el fin del siglo XIX y la publicación de la célebre obra de Freud en 1899 « La interpretación de los Sueños », para que se le diese al sueño su lugar. ¡Desgraciadamente, esto no ha hecho más evidente el contenido del sueño! ¡Afortunadamente, el marqués Hervey de Saint-Denys, a mitad del siglo XIX, consigue hacer el contenido del sueño lúcido más abordable y, sobre todo, provocarlo a voluntad!




Prepárese para tener sueños lúcidos


Tener un sueño lúcido consiste en tomar conciencia de lo que sueña en el curso de sus sueños y, sobre todo, tener los sueños que desea.
Esto es menos complicado de lo que parece. La técnica no es difícil de adquirir, la preparación es simple, ¿entonces, donde está el problema? Está en su mente.
Ante todo, acepte que el sueño es un elemento importante de su evolución. Después, exprese una voluntad sincera de servirse de él para cambiar su vida. Cuando tenga la convicción de que el sueño puede ayudarle, habrá hecho una gran parte del trabajo. A continuación, el aprendizaje de la técnica será un juego de niños y tendrá sueños lúcidos a voluntad.




Mejorar sus facultades para acordarse de sus sueños


Una vez adquirida la convicción de que sus sueños tienen importancia, le será preciso mejorar sus facultades para recordarse de sus sueños. Para conseguir mejorar su memorización, empiece a entrenarse el fin de semana, en vacaciones o en los días en los que no tiene que levantarse para ir a trabajar, para una entrevista o para resolver un problema urgente… Si se encuentra en uno de estos casos, al despertar tendrá otras preocupaciones que las de recordar sus sueños. Procúrese un despertar natural, sin despertador para no tener un despertar sobresaltado y no hacer « huir » su sueño.
Una vez que se despierte, no cambie de posición o póngase cuidadosamente sobre la espalda sin abrir los ojos…
Inmediatamente después, trate de recordar algún elemento de su sueño. Una vez "atrapado", tiré del hilo de su sueño para reconstruirlo tan completamente como sea posible. ¡Al cabo de algunos días, si tiene una gran motivación, será capaz de recordarse bastante claramente de numerosos sueños! Si le es posible, anótelos. Estos sueños involuntarios podrían ya enseñarle no pocas cosas sobre usted. A continuación, podrá pasar a…




La técnica del sueño lúcido


No pase a esa fase hasta que no domine bien la memorización de sus sueños normales, llamados también inconscientes o involuntarios.


Para tener sueños lúcidos, actúe como sigue:


- Antes de acostarse, coma una cena ligera, si es posible sin alcohol ni excitantes de ningún tipo como el café.
- Asegúrese de estar en un buen estado de relajación, ni lo practique después de una jornada en la que tenga muchas preocupaciones, problemas, frustraciones o estrés.
- Acuéstese en la cama tranquilamente sobre la espalda y relájese. Para ello, practique varias respiraciones profundas (al menos una docena) sin forzar sus inspiraciones y sus espiraciones.
- Una vez que haya alcanzado un buen estado de relajación, siempre con los ojos cerrados, afirme su voluntad de tener un sueño lúcido esa misma noche. Repita con convicción, varias veces hasta adormecerse, una frase susceptible de desencadenar sueños lúcidos. Por ejemplo: « ¡Esta noche voy a tener un sueño lúcido! »
- Al despertar por la mañana, en las condiciones ya descritas para recordar sus sueños, rememore su sueño lúcido. Anótelo.




Si usted actúa así con convicción, no debería tardar en tener sus primeras experiencias oníricas lúcidas.


¡Tenga bonitos sueños... lúcidos!


Sugerencia: para acelerar la llegada del sueño lúcido, antes de adormecerse, exprese un deseo que quiere realizar en su sueño lúcido: « Yo quiero volar », « Quiero viajar a tal sitio », « Quiero conocer a tal persona », « Quiero resolver tal problema. »

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